lunes, 30 de enero de 2023

DIETA VEGETARIANA

Por norma general, una dieta vegetariana es aquella que excluye la carne, los productos cárnicos, el pescado, los moluscos y crustáceos. Pero dependiendo de si en esta dieta se permiten los lácteos, los huevos y la miel, clasificamos las dietas vegetarianas en dos tipos: la lacto-ovo-vegetariana (LOV) que es básicamente aquella dieta vegetariana que permite consumir huevos, lácteos y miel, siendo la dieta vegetariana menos estricta, la cual a su vez, se puede clasificar en ovo-vegetariana (OV) y lacto-vegetariana (LV) dependiendo de si se decide permitir solo huevos o solo lácteos y por otro lado, está la dieta vegana (VEG) que es aquella dieta vegetariana que no permite ni lácteos, ni huevos, ni miel.

En otro orden de cosas hay otro tipo de dietas, también consideradas vegetarianas aunque menos comunes como la “crudista” en la que los alimentos vegetales que se consumen son principalmente crudos, como cereales y legumbres germinadas, frutas y semillas frescas y secas pero también leche y huevos. La dieta “fructívora” en la que se consumen frutas secas y frescas, semillas y algunas verduras y la dieta “macrobiótica” en la que, por lo general, se consumen cereales, legumbres, frutas, verduras, algas y soja.

Cada vez es mayor el número de personas que por distintos motivos deciden optar por este tipo de dietas y está demostrado científicamente que es posible seguir una dieta vegetariana sana y adecuada desde un punto de vista nutricional, válida para todas las franjas de edad pero, son dietas más complicadas de realizar, en particular la vegana porque hay que tener conocimientos en nutrición y dietética, en el sentido de que hay que saber compensar ciertos desequilibrios nutricionales subyacentes en comparación con una dieta omnívora (OMN).

Entre los nutrientes que hay que vigilar, sobre todo, en una dieta vegana porque por diversas razones no siempre se encuentran en cantidades óptimas, están las proteínas, la vitamina B12, el calcio, el hierro, el zinc y los ácidos grasos omega 3.

Es particularmente relevante el hecho de la menor digestibilidad y el menor valor biológico y por lo tanto, la menor biodisponibilidad de las proteínas de origen vegetal con respecto a las de origen animal, lo cual, recomienda que, en las dietas vegetarianas en general, se introduzca aproximadamente entre un 5-10% más de proteínas que en una dieta omnívora.

También se debe completar o suplementar la dieta vegana con una fuente fiable de vitamina B12, la cual es indispensable y en este sentido, actualmente no hay consenso acerca de que cierto tipo de algas con precursores de esta vitamina, permitan un aporte fiable.

En otro orden de cosas, se aconseja el uso de alimentos que sean una buena fuente y que confieran una buena biodisponibilidad de calcio, hierro y zinc, tratando de evitar las verduras con alta cantidad de oxalatos y fitatos que en muchos casos, actúan como quelantes, lo que acaba dificultando la absorción de nutrientes.

Finalmente, en las dietas vegetarianas, se puede asegurar una buena ingesta de los ácidos grasos omega 3, con la introducción de buenas fuentes de ácido-alfa-linolénico como nueces y semillas de lino y chia y también disminuyendo el consumo de fuentes ricas en ácido linolénico como el aceite de maíz y de girasol. Este tipo de ácidos grasos junto con los omega 6 de los frutos secos, tienen un papel importante en la prevención de la patología cardiovascular.

Es por todo esto y por más aspectos que, a la hora de optar por una dieta vegetariana y sobre todo, si es vegana, que parece conveniente y prudente buscar consejo médico.

Puede ser una imagen de alimentos


viernes, 27 de enero de 2023

DIETA MEDITERRÁNEA

 DIETA MEDITERRÁNEA

Es un modelo nutricional inspirado en los modelos alimentarios difundidos en algunos países de la cuenca del Mediterráneo reconocidos por la UNESCO como bienes protegidos e incluidos en la lista del patrimonio oral e inmaterial de la humanidad en 2010.
La dieta se basa en los alimentos que se consumen habitualmente en los países de la cuenca mediterránea, en una proporción que favorece los cereales, la fruta, las verduras, las semillas, el aceite de oliva (grasas insaturadas), en comparación con un uso más raro de carnes rojas y grasas animales (grasas saturadas), mientras que tiene un consumo moderado de pescado, carnes blancas (aves de corral), legumbres, huevos, productos lácteos, vino tinto y dulces.
Las características de la dieta mediterránea son: alimentos abundantes de origen vegetal (fruta, verdura, pan y cereales, especialmente integrales, patatas, judías y otras legumbres, frutos secos, semillas), frescos, naturales, de temporada, de origen local; fruta fresca como postre diario, dulces con azúcares refinados muy ocasionales o miel algunas veces a la semana; el aceite de oliva como principal fuente de grasa; los productos lácteos (principalmente el queso y el yogur) consumidos diariamente en cantidades modestas a moderadas; el pescado y las aves de corral consumidos en cantidades bastante reducidas; de cero a cuatro huevos por semana; la carne roja en pequeñas cantidades y el vino consumido en cantidades modestas a moderadas, generalmente durante las comidas.
Esta dieta tiene un bajo contenido de grasas saturadas (menos del 7-8%), y un contenido total de grasas de menos del 25% a menos del 35% dependiendo de la zona. El contenido calórico de la dieta mediterránea en las encuestas de población no superaba las 2500 Kcal para el hombre y las 2000 Kcal para la mujer, sin embargo, la ingesta calórica no iba más allá del consumo metabólico con actividad física.
En esencia, era la dieta de una población rural, pobre y frugal. El modelo alimentario mediterráneo no sólo es saludable para las personas sino también para el medio ambiente. Se estima que, en promedio, para obtener 100 calorías, la dieta mediterránea tiene aproximadamente un 60% menos de impacto en el medio ambiente que una dieta norteamericana o europea, que se basa más en la carne y las grasas animales que en las verduras y los cereales.
Entre los numerosos beneficios para la salud, a la dieta mediterránea se la considera un importante aliado contra el síndrome metabólico, es decir, el conjunto de condiciones (obesidad, diabetes, hipertensión, dislipidemia) que exponen a un sujeto a un alto riesgo cardiovascular.
Varios estudios han demostrado que habría una asociación inversa entre el aceite de oliva o entre el cumplimiento de una dieta mediterránea y la prevención del infarto de miocardio. El aumento del consumo de alimentos mediterráneos también ha reducido considerablemente el riesgo de muerte prematura de los pacientes que ya sufren de infarto de miocardio, independientemente de cualquier tratamiento farmacéutico.
Numerosos estudios han demostrado que un estilo de alimentación inspirado en los principios de la dieta mediterránea es capaz de reducir el riesgo de contraer cáncer. Gracias al alto contenido de grasas insaturadas, fibras, vitaminas y oligoelementos, con acción antirradical libre, la dieta mediterránea tiene un importante poder antiinflamatorio y antioxidante…



lunes, 23 de enero de 2023

UNAMI. EL QUINTO SABOR.



 UNAMI. EL QUINTO SABOR.

Se dice que los seres humanos somos capaces de reconocer cinco sabores diferentes: amargo, salado, ácido, dulce y umami. Este último sabor es el más difícil de describir y todo un desconocido para muchas personas.
Ya en la antigua Roma se utilizaba el “Garum”, una salsa de pescado fermentado rico en Umami (glutamato). La palabra Umami proviene del idioma japonés y significa sabroso.
Sabemos que cada sabor estimula las papilas gustativas de una determinada zona de la lengua. El dulce lo vas a sentir más en la punta, el salado en los laterales anteriores, el ácido en los laterales posteriores y el amargo en la parte trasera. Pero el umami nos sugiere que la lengua es un órgano más grande de lo que pensamos, ya que este sabor, a parte de en la propia lengua, sobre todo, en la parte central, lo percibimos en la garganta e incluso en el paladar.
Es un sabor sutil pero de gusto prolongado y difícil de describir. Induce la salivación y una sensación aterciopelada en la lengua que como hemos dicho, estimula también la garganta y el paladar. Por sí mismo, umami no es sabroso, pero realza el sabor agradable de una gran cantidad de alimentos.
Generalmente se utilizan ingredientes con este sabor para resaltar los otros sabores. El principio se basa en que la fuente del umami es un aminoácido llamado glutamato, que se utiliza como aditivo potenciador de sabores. Cuando está presente, el “gustillo” o el “paladar” que queda de lo que se ha comido, es mucho más potente que en otros alimentos.
El sabor umami es una característica común de alimentos que contienen altos niveles de L-glutamato; pescados, mariscos, carne curada como el jamón ibérico, setas comestibles como los boletus, algunas hortalizas como por ejemplo los tomates, verduras como las espinacas y en productos fermentados y añejados, por ejemplo, quesos y salsas…

sábado, 21 de enero de 2023

INTERACCIÓN ENTRE FRENADOL Y ANTIDEPRESIVOS ISRS. UNA INTERACCIÓN POTENCIALMENTE GRAVE Y POCO CONOCIDA EN MEDICACIONES DE USO MUY HABITUAL

INTERACCIÓN ENTRE FRENADOL Y ANTIDEPRESIVOS ISRS. UNA INTERACCIÓN POTENCIALMENTE GRAVE Y POCO CONOCIDA EN MEDICACIONES DE USO MUY HABITUAL.

Está contraindicado el uso del antigripal Frenadol con los antidepresivos ISRS y esto es debido a que uno de sus componentes, el antitusivo dextrometorfano, puede generar un síndrome serotoninérgico si se asocia con este tipo de antidepresivos. Es un efecto adverso que puede ser grave y viene reflejado en el prospecto.
El dextrometorfano, ampliamente utilizado para la tos y en asociaciones antigripales, no solo está en el Frenadol, también lo está en muchas otras presentaciones anticatarrales como Bisolvón, Cinfatós, Vincitós, Inistón, en el genérico, etc. Y los antidepresivos ISRS, que son el tipo de antidepresivo más utilizado, serían aquellos que contengan; Fluoxetina, Sertralina, Paroxetina, Escitalopram, Citalopram, Fluvoxamina, etc.
Ambos tipos de fármacos, dextrometorfano y los ISRS, son serotoninérgicos, potencian la acción de la serotonina sobre el sistema nervioso central y pueden desencadenar un síndrome serotoninérgico que puede presentarse desde forma leva hasta mortal.
Están documentados varios casos de atención en urgencias a personas que tomando Paroxetina o Escitalopram, desarrollaron el cuadro tras tomar Frenadol.
Es por ello, que aun sabiendo que hay otros tipos de antidepresivos que aumentan la disponibilidad de serotonina, como los duales, tricíclicos, atípicos, etc. y que también podrían generar el cuadro si se toman junto a Frenadol o un fármaco con dextrometorfano, solo nos centramos en los ISRS porque son los que están clínicamente documentados. Tampoco nos vamos a centrar, para no extender la cuestión, en otras asociaciones también contraindicadas como la del ampliamente tomado analgésico opioide Tramadol con los ISRS, asociación que presenta un riesgo similar.
En los casos leves, el síndrome serotoninérgico, suele caracterizarse por aumento de la tensión arterial y taquicardia. En los casos moderados se presentan síntomas como fiebre, agitación, hiperreflexia, temblor, sudoración, enrojecimiento, dilatación pupilar y diarrea. En casos severos, la temperatura puede superar los 41.0 °C con la probable presencia de convulsiones.
El cuadro tiene tratamiento, fundamentalmente con medidas de soporte sobre los síntomas que se presentan y con antagonistas de la serotonina.
En definitiva, volvemos a lo de siempre, hay que tratar de no automedicarse y por otro lado, hay que procurar hacerse más responsables de la propia salud de uno y de los propios tratamientos que uno se toma.
No hay que dejarlo todo en manos de los profesionales porque a veces se equivocan. Hay que preguntar, hay que decir todo lo que se toma aunque no se nos pregunte y hay que mirar las cajas y los prospectos. Hay que buscar ayuda si no se puede. Hay que empoderarse en nuestra propia salud.
“Primum non nocere”



viernes, 20 de enero de 2023

MINDFULNESS, UN BUEN ANTÍDOTO PARA EL SECUESTRO AMIGDALINO.

 MINDFULNESS, UN BUEN ANTÍDOTO PARA EL SECUESTRO AMIGDALINO.

El ser humano tiene un ancestral mecanismo de defensa ante el peligro, este mecanismo de defensa está orquestado por una estructura cerebral que se llama amígdala, pequeña pero matona, que está implicada de lleno en las reacciones emocionales, entre ellas, el miedo.
La amígdala se encarga de activar el sistema nervioso simpático, que por una serie de complejos circuitos y mediadores químicos consigue poner en alerta máxima a nuestro cuerpo, optimizando sus recursos para la lucha o la huida e incluso consigue inhibir funciones que en un determinado momento no nos van a ser útiles para sobrevivir ante una amenaza inmediata, como por ejemplo, el aparato digestivo, el urinario, la piel, e incluso el cerebro porque en esas situaciones, no hay margen de tiempo para pensar o negociar.
Pongamos el ejemplo de encontrarnos frente a una serpiente venenosa, un lobo, un terrorista con una arma o cualquier otra amenaza seria e inminente, en ese preciso instante, de forma automática e inmediata, la amígdala toma el mando, activando el sistema nervioso simpático, el cual, va a provocar de forma inmediata un aumento del ritmo cardíaco y respiratorio, de la presión sanguínea, una dilatación de las pupilas, cambios en el flujo sanguíneo para que la sangre salga de la piel, del estómago y de los intestinos y se dirija de forma prioritaria hacia el corazón y los diferentes músculos, es decir, redirige todos nuestros recursos para que seamos lo más fuertes y ágiles posible, nos convierte en la mejor versión física posible para afrontar un peligro.
Durante esta activación, hay dos mediadores químicos segregados por las glándulas suprarrenales que tiene un enorme protagonismo en los cambios que suceden en nuestro organismo, son las denominadas “hormonas del estrés”, la adrenalina y el cortisol. Estas sustancias son segregadas de forma masiva al torrente sanguíneo mientras el peligro permanece pero vuelven progresivamente a su estado basal una vez el peligro desaparece.
Pues bien, al igual que la amígdala gestiona la emoción del miedo ante la amenaza vital, provocando cambios drásticos en el organismo, también gestiona otro tipo de emociones como las de la tristeza, la angustia, el enfado, la desesperanza, etc. y hay un problema en este sentido, si dichas emociones entran en bucle y se cronifican, como puede suceder por ejemplo en un trastorno anímico, o ante un estrés prolongado, la amígdala puede “secuestrarnos”.
Si la amígdala nos “secuestra”, va a estar de forma permanente mandando órdenes para que nuestro organismo reaccione de forma parecida a como lo haría ante una amenaza vital, ante un lobo, es decir, va provocar cambios en el ritmo cardiaco y respiratorio, trastornos en el funcionamiento digestivo, en el renal, problemas en la piel, problema en el sistema nervioso y niveles de adrenalina y cortisol elevados de forma permanente en sangre…
En definitiva, lo que era una respuesta orientada a salvarnos la vida, una respuesta que el cuerpo puede aguantar durante un breve periodo de tiempo, se convierte en algo nocivo que daña la salud de forma muy considerable cuando el sistema permanece activado de forma indefinida.
Y aquí es donde la palabra es capaz de enfermar. Lo que nos contamos, lo que nos decimos a nosotros mismos en ese dialogo interno, por ejemplo ante un suceso traumático, como la pérdida de un ser querido, un problema de pareja, económico o laboral, nos lo decimos de una manera mucho más catastrófica de lo que en realidad es, lo cual, genera emociones negativas que se perpetúan en el tiempo y estas, llaman a la puerta de la amígala y la amígdala, nos secuestra, suelta a sus perros adrenalina y cortisol y nos hace enfermar a nivel físico, las famosas somatizaciones.
Pero la palabra igual que enferma, cura y aquí es donde por ejemplo el Mindfulness puede detener el veneno de la serpiente que anda suelta en nuestra cabeza. Recuperar el aquí y el ahora, inhibe la amígdala y activa otros sistemas reparadores como el parasimpático. La amígdala vive de las emociones negativas, si conseguimos detener el bucle, la amígdala y todo su engranaje se apagan como la llama de una vela, como un interruptor.
La primera fase del Mindfulness es respirar de forma abdominal y hacerlo de forma consciente, hay que entrenarlo un poco pero al final se consigue hacer perfectamente y cuando eres capaz de permanecer durante unos minutos observando solamente y de “forma consciente” tu respiración, observando los tiempos de inspiración y espiración, imaginando como se mueve el diafragma arriba y abajo, como entra y sale el aire, como sube y baja el abdomen, se activa el “yo observante” y la amígdala se apaga.
Y si sigues con el resto de las fases del Mindfulness y lo haces en forma de sesión una o varias veces al día, además de apagar la amígdala, la sustituyes y puedes conseguir, en esas sesiones, gestionar tus emociones de otra manera.
Es por ello, por lo que el Mindfulness es un buen antídoto para apagar esa pequeña parte de nuestro cerebro con forma de almendra que acecha como un lobo al final de la vereda y que cuando se activa nos suele hacer la vida imposible...



jueves, 19 de enero de 2023

 EL SISTEMA DE RECOMPENSA DE CEREBRO. LAS DOS CARAS DE LA MONEDA.

El sistema de recompensa reside en un complejo circuito cerebral formado por varias áreas neuroanatómicas conectadas entre sí, llamado vía mesolímbica. La sustancia que activa el sistema es el neurotransmisor dopamina, muy relacionado con las conexiones del deseo y el placer.
Es un mecanismo que nos lleva a conectar determinadas situaciones con el placer. En realidad, es una forma de adaptación, así como una estrategia, que nuestro cerebro desarrolló para garantizar nuestra supervivencia.
Esto se debe a que al asociar una sensación agradable con un gesto, promovemos el aprendizaje. El sistema de recompensa, por ejemplo, le da al acto sexual el tipo de placer que nos da ganas de repetirlo. De esta forma se asegura la supervivencia de la especie.
Como los seres humanos se exponen a una gran variedad de situaciones para las cuales la evolución biológica no nos ha preparado, estos mecanismos premian ciertas acciones por encima de otras, haciendo que aprendamos sobre la marcha lo que es bueno para nosotros y lo que no lo es.
Esto quiere decir que, en primer lugar, presiden aspectos como comer, beber, tener relaciones sexuales. El sabor de la comida produce placer, al igual que un vaso de agua fría en verano o hacer el amor. De esta forma se estimula el aprendizaje y la repetición de estos gestos.
Sin embargo, no son las únicas funciones que repetimos siguiendo la respuesta de este sistema. También experimentamos placer con los deportes , los juegos, descansar, una conversación con los amigos en el bar, esperar un like en la foto que acabamos de subir a nuestras redes sociales, comernos un postre de chocolate, ir de compras o al cine y por supuesto, la drogas, que merecen una mención aparte porque son la otra cara de la moneda de este fascinante mecanismo de adaptación cerebral.
Las drogas, consiguen “hackear” el centro de recompensa del cerebro, de manera que pasa a ser una herramienta que nos orienta a un único objetivo, haciéndonos perder el control sobre lo que hacemos.
La elección de consumir una droga en un principio es voluntaria y totalmente controlada, como por ejemplo la elección de probar la heroína, que sería el caso más extremo.
Esta sustancia estimulan la secreción de dopamina en el circuito de recompensa pero al hacernos adictos, según varios modelos neuroquímicos que explican las adicciones, esa estimulación se transforma en patológica, aumentando el deseo pero no el placer.
Al entrar en la adicción, nuestro sistema de recompensa solo se activará al consumir una dosis, en este caso de heroína, dejándonos totalmente incapaces de sentir placer por otra cosa. La persona vive con el único objetivo de obtener esa dosis de forma compulsiva. Bloquea el sistema de recompensa, lo “hackea”…



miércoles, 18 de enero de 2023

EL HUEVO. POSIBLEMENTE EL ALIMENTO MÁS NUTRITIVO.



 EL HUEVO. POSIBLEMENTE EL ALIMENTO MÁS NUTRITIVO.

El huevo, es posiblemente y con diferencia el alimento más nutritivo de nuestra dieta, pues contiene todos los macronutrientes necesarios para la vida humana. Basta solo con pensar que un huevo por sí mismo, da origen a un ser vivo completo (el pollo).
Del huevo, al margen de su gran cantidad de nutrientes y de la biodisponibilidad de los mismos, destaca la excelente calidad de sus proteínas y que es uno de los alimentos de origen animal con la mejor composición grasa.
Del mismo modo, el huevo contiene, sobre todo en la yema, todas las vitaminas que el hombre necesita para vivir menos la vitamina C y también minerales de gran interés para la salud, como el fósforo, el zinc, el hierro y el yodo.
Las proteínas las podemos encontrar en alimentos como la carne, el pescado, los lácteos o las legumbres, pero la proteína del huevo es considerada la más perfecta que hay. De hecho, cuando se compara la calidad de otras proteínas se hace en relación con la del huevo, que tiene una puntuación de 100 sobre 100. Esto es así porque la proteína del huevo contiene los nueve aminoácidos esenciales, que son aquellos que el organismo no puede sinterizar por sí mismo.
Durante muchos años, ha persistido la idea de que los huevos eran perjudiciales para la salud por su alto contenido en colesterol. Sin embargo, con los años se ha descubierto que un alto nivel de colesterol en la dieta de una persona sana no supone necesariamente un alto nivel de colesterol acumulado en el organismo.
En cuanto a los lípidos (grasas), el 35% son ácidos grasos saturados y el 65%, insaturados. De estos, la mayor parte son monoinsaturados (AGM) y el resto poliinsaturados (AGP), que son beneficiosos para la salud cardiovascular. Su proporción entre grasa insaturada y grasa saturada es nutricionalmente recomendable según muchas instituciones oficiales.
Los huevos contienen gran cantidad de colina, un nutriente que suele asociarse dentro de las vitaminas del grupo B. Unos niveles bajos de colina están asociados con enfermedades del hígado y el corazón y con enfermedades neurológicas. Además, la colina es fundamental para el desarrollo del cerebro de los fetos en mujeres embarazadas.
Finalmente, el huevo contiene unos pigmentos con carácter antioxidante y con un papel en la prevención de la degeneración macular y la formación de cataratas.
El huevo, preferiblemente cocido (por seguridad alimentaria y evitando la fritura), consumido con moderación (en personas sanas no más de uno diario y en personas con factores de riesgo, no más de 2 por semana), es probablemente y de largo, el alimento más nutritivo a nuestro alcance.
No dejéis de ver en la tabla que adjunto, la cantidad de nutrientes que presenta, donde se reflejan las cantidades de nutrientes y los porcentajes diarios que cubre. Obsérvese la cantidad de vitamina B12, de vitamina D y de colina que aportan.

martes, 17 de enero de 2023

LAS GRASAS TRANS. UN PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA.

 ¿Qué son?

Los ácidos grasos trans (AGT) son un tipo particular de grasas insaturadas que se encuentra de forma natural en algunos alimentos, como en los lácteos o la carne de vaca, cabra u oveja. Sin embargo, la principal preocupación está en los producidos industrialmente y que se emplean artificialmente para tratar algunos productos. En el sector industrial, los aceites parcialmente hidrogenados son la principal fuente de grasas trans y resultan de transformar aceites vegetales líquidos en sólidos, mediante un proceso llamado hidrogenación.

¿Para qué se utilizan?

Los aceites parcialmente hidrogenados se introdujeron por primera vez en el suministro de alimentos a mediados del siglo XX como sustitutos de la mantequilla, ya que son baratos, duraderos, fáciles de manejar y, además, añaden textura y sabor a diferentes productos alimenticios. Principalmente se utilizan para freír, como ingrediente en productos horneados y como espesantes, añadiendo cremosidad.

¿En qué productos es más frecuente encontrarlos?

Se encuentran habitualmente en galletas, pasteles, bollería industrial, frituras de todo tipo, comida rápida, sopas y salsas preparadas y en algunos alimentos congelados, como pizzas o helados.

¿Por qué suponen un problema?

Se ha demostrado que un alto consumo de grasas trans aumenta seriamente el riesgo de enfermedades cardíacas más que cualquier otro nutriente por caloría. En particular, las grasas trans aumentan el colesterol LDL (malo) y, al mismo tiempo, reducen el HDL (bueno), lo que puede provocar que se acumule colesterol en las arterias. Según los últimos datos de la OMS, la ingesta de grasas trans causa más de 500.000 muertes por enfermedades cardiovasculares al año y según un informe emitido por la Red Europea del Corazón, el riesgo de morir por alguna cardiopatía es hasta un 25% mayor cuando el 2% de la ingesta diaria de energía procede de AGT.

¿Cuánto se puede comer?

Este tipo de grasas no aportan nada positivo en la dieta, por lo que la mayor parte de las instituciones recomienda excluirlos. A pesar de ello, las recomendaciones internacionales indican que la ingesta total de grasas trans debería limitarse a menos del 1% de la ingesta energética total, lo que se traduce en menos de 2,2 g/día con una dieta de 2000 calorías.

¿Qué ha hecho la UE?

La Comisión Europea decidió finalmente limitar la cantidad de ácidos grasos trans industriales en los productos alimenticios a 2 gramos por cada 100 gramos de grasa. Esta medida entró en vigor el 14 de mayo de 2019.

¿Por qué se ha impuesto un límite legal en lugar de desaconsejar su consumo como sucede con otros productos?

En los últimos años varios estudios han demostrado que un límite legal de estas grasas en los alimentos es la medida más eficaz para reducir su ingesta. En Dinamarca, el primer país que impuso restricciones a los AGT de producción industrial, su contenido en los productos alimenticios disminuyó drásticamente y las muertes por enfermedades cardiovasculares se redujeron más rápidamente que en otros países de la OCDE.

¿Cómo identificar la cantidad de grasas trans en un producto?

La única alternativa es buscar en el etiquetado la cantidad de aceites parcialmente hidrogenados, ya que la actual normativa comunitaria no obliga a los fabricantes a informar en las etiquetas sobre la cantidad de grasas trans que contienen los productos. Esta normativa asume que los consumidores pueden deducir del etiquetado si un producto contiene AGT industriales, a pesar de que el informe de la Comisión Europea destaca que “la mayoría de los europeos no sabe nada sobre este tipo de grasas”.



lunes, 16 de enero de 2023

COVID Y CÁNCER. DAÑOS COLATERALES.

 COVID Y CÁNCER. DAÑOS COLATERALES.

En la actualidad se diagnostican unos 280.000 nuevos cánceres al año y mueren unas 160.000 personas por esta causa. Es la segunda causa de mortalidad en España con un 25% de las defunciones. El riesgo de tener cáncer aumenta de forma significativa a partir de los 45-50 años. El hombre tiene una probabilidad de un 41% de contraer cáncer antes de llegar a los 80 años y la mujer de un 27%. En España los cánceres más frecuentes son el de colon y recto con unos 43.000 anuales, seguido del de mama con unos 35.000, el de pulmón y el de próstata, ambos con unos 31.000 y el de vejiga con unos 23.000. Ya a más distancia se encuentran los linfomas y el de páncreas, ambos con unos 9.000, el de útero y el de hígado ambos con unos 7.000, etc. En el ámbito causal, se estima que una de cada 3 muertes está directamente relacionada con los 5 factores evitables: tabaco, alcohol, infecciones, sedentarismo y hábitos alimentarios inadecuados.

No obstante, en los últimos tiempos, en el campo de la oncología, se ha conseguido mitigar de forma muy significativa la mortalidad del cáncer, sobre todo, por una herramienta que permite el diagnóstico de un gran número de lesiones precancerosas y de lesiones tumorales en estadios muy tempranos, esta herramienta no es otra que el cribado o screening. La detección de tumores en fases iniciales o que aún no se han malignizado, permite cirugía, radioterapia, quimioterapia e inmunoterapia que en muchos casos consiguen curar la lesión, evitar su extensión y prolongar la esperanza de vida cuando el pronóstico es muy malo.

En el tiempo que ha transcurrido desde que se inició la pandemia por Sars-Cov2 (Covid 19), hemos sido testigos, entre otras muchas cosas, de como un sistema de salud mejorable ha sucumbido ante una emergencia sanitaria de este tipo. La atención inmediata que demandaban los pacientes con Covid, en especial en las etapas iniciales de la pandemia donde el virus ocasionaba un número de neumonías bilaterales que el sistema sanitario no podía soportar ni por infraestructuras ni por alternativas terapéuticas, supuso renunciar a la atención de otras patologías que aparentemente parecían menos graves en ese momento.

A ello hay que sumar la facilidad con que se contagiaba el personal sanitario, las medidas que se impusieron en Atención Primaria y en hospitales, focalizando la atención en asistencia telefónica, realización de test y vacunación, la reticencia de los profesionales sanitarios para prescribir estudios de extensión por considerarlos menos urgentes en esos momentos, la paralización de cirugías y pruebas diagnósticas importantes programadas, el propio miedo de muchos pacientes que se notaban diversos síntomas no Covid pero que preferían no ir a los centros médicos por miedo a contagiarse y también y a colación de la prevención del cáncer, el paréntesis demasiado prolongado en las campañas de cribado o screening.

Se pausaron las mamografías, colonoscopias, test de sangre oculta en heces, tactos rectales, pruebas de PSA, de Papanicolau … es decir, dejaron de diagnosticarse lesiones precancerosas o cancerosas de mama, de colon y recto, de próstata, de cérvix, etc. Ello supone, como fácilmente se puede deducir que, muchas personas perdieron la oportunidad de tener un diagnóstico de cáncer en un estadio inicial, con lo que ello conlleva.

En definitiva, la Covid ha tenido muchos daños colaterales, muchos agentes oportunistas, entre ellos, el que comentamos en esta entrada, dejamos de ver a tiempo muchos cánceres y de atender otras enfermedades igual de peligrosas que estaban en curso o ya establecidas.





domingo, 15 de enero de 2023

DEJAR LOS ANSIOLÍTICOS. TABLA DE EQUIVALENCIAS ENTRE BENZODIACEPINAS (BZP). (MANUAL ASHTON)

DEJAR LOS ANSIOLÍTICOS. TABLA DE EQUIVALENCIAS ENTRE BENZODIACEPINAS (BZD). (MANUAL ASHTON)

Esta es mi tabla de elección a la hora de manejar BZD, para instaurarlas, sustituirlas o retirarlas. En ella se expresan parámetros fundamentales como la vida media, el perfil (a=ansiolítico, h=hipnótico, e=anticonvulsivante) y sobre todo, la potencia ansiolítica expresada en dosis equivalentes a 10 mg de diazepam (Valium).
Según la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), dependiente de la ONU, España es el país que más BZD consume del mundo. En torno a más de 2 millones de españoles consumen este tipo de fármacos, bien para la ansiedad, el estrés, el insomnio u otras indicaciones diversas.
En la mayoría de los casos, están indicadas por periodos de tiempo breves pero, se constata que la inmensa mayoría de los consumidores, lo hacen de forma indefinida o por tiempos prolongados, lo cual, predispone entre otros problemas; a la dependencia, la tolerancia, el abuso y el síndrome de abstinencia ante retiradas bruscas.
El paciente y en muchos casos el prescriptor, sobre todo, ante los elevados tiempos de espera, que según la gravedad de los casos, por lo general oscilan entre 45-60 días para las primeras citas y revisiones con un psicoterapeuta o con una unidad de salud mental de la sanidad pública, optan por instaurar esta medicación como primera línea de contención.
No todo el mundo puede costearse psicoterapia privada, no todo el mundo tolera los antidepresivos a la primera ni puede esperar a que hagan efecto en un mínimo de un mes, no todo el mundo obtiene beneficios inmediatos y suficientes con plantas medicinales, no todo el mundo puede aguantar crisis de pánico durante dos meses yendo una noche sí y otra también a los servicios de urgencias, con lo que ello conlleva para el servicio médico y para el propio paciente y no todo el mundo tiene los mismos mecanismos de afrontamiento.
Ante este panorama y con la intención de que el paciente gane algo de confianza encontrando alivio en los síntomas agudos y para poder continuar el abordaje con otro tipo de fármacos y con psicoterapia cuando estén disponibles, pacientes y prescriptores ponen en una balanza los efectos secundarios de estos fármacos y los efectos secundarios de la ansiedad o los de la indicación para la que se pautan y como hemos dicho, se decantan por el empleo del fármaco como primera línea de contención pero, no es esta una entrada para exponer el origen multifactorial del extendido uso de estos fármacos sino, para el desafío de dejarlos. De lo que no cabe duda es que es mejor no tomarlos y estar bien.
La dificultad para dejar este tipo de fármaco, va a depender del tiempo que se lleve tomándolo, del tipo de BZD que se toma (perfil, vida media y potencia ansiolítica) y de la dosis que se administra al día. No obstante, cada paciente necesita un abordaje individual.
Hay diversas estrategias, las más común y utilizada es la reducción gradual con pautas que oscilan entre un 10-20% de retirada del fármaco cada 2 semanas o de 1-2 mg de retirada de Valium (Diazepam) o dosis equivalentes en mg si se trata de otra BZD, cada 2 semanas.
En otros casos, cuando la BZD que se usa es potente y de vida media corta, por ejemplo Alprazolam, si es difícil la reducción gradual, por las grandes oscilaciones entre dosis que presenta el fármaco, se intenta una primera sustitución con otra BZD de vida media larga, por lo general Diazepam, para después ir dejándola, esta vez sí, con más eficacia pues su semivida, puede alcanzar las 200 horas y sus niveles son más estables (destacar que esta pauta es controvertida en ancianos, al margen de por el riesgo de caídas por ser muy miorrelajante, también por la dificultad que presentan en la eliminación de fármacos, lo cual favorecería su acumulación).
En esta segunda alternativa, la tabla de Ashton es especialmente útil, véase que una persona que toma 2 mg de Trankimazin diarios, para obtener la misma potencia ansiolítica, necesitaría 40 mg de Valium diarios y como Valium es muy miorrelajante, los primeros días no podría moverse de la cama, no obstante esto puede realizarse empezando a sustituir solo en algunas tomas y no haciendo el cambio completo, por ejemplo, empezar cambiando la dosis nocturna buscando una mejor tolerancia.
En este sentido, en ocasiones, puede ocurrir que los profesionales de la salud, no estén suficientemente familiarizados con la equivalencia entre los distintos tipos de BZD y se proceda a cambiar directamente un fármaco por otro, sin tener en cuenta dichas equivalencias, desencadenando un síndrome de abstinencia en el paciente, por haberse quedado cortos, que sería el equivalente a haber retirado el fármaco bruscamente o una cantidad muy superior a la tolerada.
Por ejemplo, cambiar un alprazolam de 1 mg cada 8 horas por un diazepam 5 mg cada 8 horas, es un error importante porque en vez de 15 mg necesitas 60 mg de diazepam o cambiar un lorazepam de 1 mg cada 8 horas por un diazepam de 5 mg cada 8 horas también es un error importante porque en vez de 15 mg de diazepam necesitas el doble, 30 mg.
Y finalmente, en otros casos, por lo general más graves, se intenta la sustitución con otro tipo de psicofármacos que no relataremos para no extenderse.

En cualquier caso, cuando de retirar una BZD se trata, es necesaria una estrecha vigilancia médica durante el periodo de retirada, apoyo psicoterapéutico y la aceptación por parte del paciente de que en muchos casos, puede ser un proceso lento y extenderse en el tiempo hasta 2 años.