martes, 17 de enero de 2023

LAS GRASAS TRANS. UN PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA.

 ¿Qué son?

Los ácidos grasos trans (AGT) son un tipo particular de grasas insaturadas que se encuentra de forma natural en algunos alimentos, como en los lácteos o la carne de vaca, cabra u oveja. Sin embargo, la principal preocupación está en los producidos industrialmente y que se emplean artificialmente para tratar algunos productos. En el sector industrial, los aceites parcialmente hidrogenados son la principal fuente de grasas trans y resultan de transformar aceites vegetales líquidos en sólidos, mediante un proceso llamado hidrogenación.

¿Para qué se utilizan?

Los aceites parcialmente hidrogenados se introdujeron por primera vez en el suministro de alimentos a mediados del siglo XX como sustitutos de la mantequilla, ya que son baratos, duraderos, fáciles de manejar y, además, añaden textura y sabor a diferentes productos alimenticios. Principalmente se utilizan para freír, como ingrediente en productos horneados y como espesantes, añadiendo cremosidad.

¿En qué productos es más frecuente encontrarlos?

Se encuentran habitualmente en galletas, pasteles, bollería industrial, frituras de todo tipo, comida rápida, sopas y salsas preparadas y en algunos alimentos congelados, como pizzas o helados.

¿Por qué suponen un problema?

Se ha demostrado que un alto consumo de grasas trans aumenta seriamente el riesgo de enfermedades cardíacas más que cualquier otro nutriente por caloría. En particular, las grasas trans aumentan el colesterol LDL (malo) y, al mismo tiempo, reducen el HDL (bueno), lo que puede provocar que se acumule colesterol en las arterias. Según los últimos datos de la OMS, la ingesta de grasas trans causa más de 500.000 muertes por enfermedades cardiovasculares al año y según un informe emitido por la Red Europea del Corazón, el riesgo de morir por alguna cardiopatía es hasta un 25% mayor cuando el 2% de la ingesta diaria de energía procede de AGT.

¿Cuánto se puede comer?

Este tipo de grasas no aportan nada positivo en la dieta, por lo que la mayor parte de las instituciones recomienda excluirlos. A pesar de ello, las recomendaciones internacionales indican que la ingesta total de grasas trans debería limitarse a menos del 1% de la ingesta energética total, lo que se traduce en menos de 2,2 g/día con una dieta de 2000 calorías.

¿Qué ha hecho la UE?

La Comisión Europea decidió finalmente limitar la cantidad de ácidos grasos trans industriales en los productos alimenticios a 2 gramos por cada 100 gramos de grasa. Esta medida entró en vigor el 14 de mayo de 2019.

¿Por qué se ha impuesto un límite legal en lugar de desaconsejar su consumo como sucede con otros productos?

En los últimos años varios estudios han demostrado que un límite legal de estas grasas en los alimentos es la medida más eficaz para reducir su ingesta. En Dinamarca, el primer país que impuso restricciones a los AGT de producción industrial, su contenido en los productos alimenticios disminuyó drásticamente y las muertes por enfermedades cardiovasculares se redujeron más rápidamente que en otros países de la OCDE.

¿Cómo identificar la cantidad de grasas trans en un producto?

La única alternativa es buscar en el etiquetado la cantidad de aceites parcialmente hidrogenados, ya que la actual normativa comunitaria no obliga a los fabricantes a informar en las etiquetas sobre la cantidad de grasas trans que contienen los productos. Esta normativa asume que los consumidores pueden deducir del etiquetado si un producto contiene AGT industriales, a pesar de que el informe de la Comisión Europea destaca que “la mayoría de los europeos no sabe nada sobre este tipo de grasas”.



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