sábado, 31 de diciembre de 2016

"Hay sólo dos días en el año en los que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y el otro se llama mañana, por lo que hoy es el día para amar, creer, hacer y sobre todo vivir" Dalai lama

martes, 27 de diciembre de 2016

Mindfulness

“Darse    cuenta    de    la    experiencia    presente,    con aceptación”
“Prestar  atención  de  manera particular,  como  propósito,  en  el momento presente y sin juicios mentales”
“La  capacidad  humana  universal  y  básica  que  consiste  en  ser conscientes  de  los  contenidos  de  la  mente,  momento  a momento”
“Conciencia  Plena  es  mantener  viva  la  consciencia  en  la realidad presente”       
“Estar  frente  a  la  desnuda  realidad  de  la  experiencia, observando  cada  evento  como  si  estuviera  ocurriendo  por primera vez”

domingo, 25 de diciembre de 2016

Ideas irracionales de Albert Ellis


  1. Aprobación: es una necesidad extrema, para el ser humano adulto, el ser amado y aprobado por cada persona significativa de su entorno.
  2. Autoexigencia: para considerarme a mí mismo como una persona válida debo ser muy competente, suficiente y capaz de lograr cualquier cosa que me proponga.
  3. La gente malvada: las personas que no actúan como deberían, son malvadas, y deberían ser castigadas por su maldad.
  4. Intolerancia a la frustración, necesidad de control: es terrible que las cosas no funcionen como a uno le gustaría.
  5. Inmutabilidad de emociones: la desgracia y el malestar humano están provocados por las circunstancias externas, y la gente no tiene capacidad para controlar sus emociones
  6. Miedo o ansiedad de anticipación: si algo es (o puede ser) peligroso, debo sentirme terriblemente inquieto por ello y debo pensar constantemente en la posibilidad de que ocurra, para estar preparado.
  7. Evitación: es más fácil evitar responsabilidades y dificultades de la vida que hacerles frente. Así viviré más tranquilo.
  8. Dependencia: debo depender de los demás y necesito a alguien más fuerte que yo en quien confiar
  9. El pasado: lo que me ocurrió en el pasado seguirá afectándome siempre.
  10. Preocupación excesiva por los demás: debemos sentirnos muy preocupados por los problemas y perturbaciones de los demás
  11. Solución perfecta: existe una solución perfecta para cada problema, y debemos hallarla siempre, sino será una catástrofe.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Distorsiones cognitivas de Burns


1.       Pensamiento dicotómico: Ver las cosas como blancas o negras, falsas o verdaderas, no dándose cuenta de que estos conceptos absolutos son extremos que rara vez se cumplen.

2.       Sobregeneralización: Ver un simple suceso negativo como un modelo de derrota o frustración que nunca acabará.

3.       Abstracción selectiva: Poner toda la atención en un detalle, sacándolo de su contexto, ignorando otros hechos más importantes de la situación y definiendo toda la experiencia exclusivamente a partir de este detalle.

4.       Descalificación de las experiencias positivas: No tener en cuenta las experiencias positivas por alguna razón y mantener una creencia negativa que realmente no está basada en su experiencia diaria. No permitirse disfrutar sintiéndose bien, porque piensa que, si se siente bien, luego se sentirá mal. Por lo que incluso se siente mal por sentirse bien.

5.       Inferencia arbitraria: Sacar conclusiones negativas de forma arbitraria que no se corresponden con la realidad. Leer el pensamiento de los demás atribuyéndole un desprecio sin ocuparse de comprobar que eso es así. Error del adivino que como si tuviera una bola de cristal predice desenlaces negativos de forma convencida.

6.       Magnificación y minimización: La técnica del binocular que consiste en ver catastróficos los errores e insignificantes los aciertos o cualidades.

7.       Razonamiento emocional: Se toman las emociones como prueba de lo que son, “me siento inútil por tanto soy inútil”, sin pararse a dilucidar o cuestionar que sus pensamientos pueden estar distorsionados. Por tanto, lo pensamientos negativos suelen guiar la forma de actual. Es habitual en la depresión. Me siento tan mal con la casa desordenada que limpiarla será imposible.

8.       Los debería: castigarse con los debería hace sentirse presionado, frustrado, culpable y resentido. No se es capaz de cambiar las expectativas para acercarse a la realidad.

9.       Etiquetaciones: ponerse etiquetas personales negativas que describen sus errores “Soy un …” Las etiquetas son simplistas y erróneas. No se es un comedor solo porque se come o un respirador solo porque se respira. Es llevar al extremo la Sobregeneralización.

10.   Personalización: asumir la responsabilidad ante un hecho negativo cuando no hay fundamento para que lo haga. Decide de forma arbitraria que lo que ha sucedido ha sido por su culpa aun sin haber sido responsable. Le hará sentir culpa, bloqueo y carga. Se confunde el tener influencia con tener control. Se puede influir en las personas con las que se interacciona, pero no se las puede controlar. Lo que hace otra persona es responsabilidad suya y no de usted.

domingo, 18 de diciembre de 2016

Psicofármacos y duelo


Podemos aceptar de todo lo abordado hasta ahora, que el duelo es un proceso adaptativo y no una enfermedad y que, por ello, inicialmente parece no conviene medicalizar el duelo para permitir que el propio doliente exprese sus recursos adaptativos. Del mismo modo, es conveniente reflexionar en que cada duelo será distinto y que es muy importante hacer una evaluación personal adecuada de cada caso y actuar en consecuencia según las condiciones de vulnerabilidad de cada doliente, según los predictores pronósticos de cada caso y según la evolución de la elaboración del duelo en cada persona. Existe controversia entre el posicionamiento psicofarmacológico y el psicoterapéutico a la hora de abordar la ayuda al doliente. Desde el psicoanálisis, se hostiga contra el uso del fármaco, bajo el argumento de que impide el acceso a los conflictos intrapsiquícos, modifica la transferencia y genera problemas de dependencia farmacológica. Desde el modelo biológico se centra el discurso sobre su idoneidad barajando los conceptos de vulnerabilidad biológica y social, atendiendo a la evidencia de que con ellos mejoran claramente los síntomas y sobre todo, de que en dosis adecuadas, en el momento adecuado y administrados durante un periodo adecuado, bloquean parcialmente los síntomas y somatizaciones, dando a la persona cierto nivel de confianza para dar impulso tanto a los recursos adaptativos propios como al resto de alternativas terapéuticas, en particular a la  psicoterapia. Es importante también mencionar, que el propio doliente puede tener ideas irracionales y distorsiones cognitivas, tanto de lo que supone la ayuda farmacológica como de la psicoterapéutica.

Cuando surge un duelo complicado, todo indica que la psicoterapia casi siempre es oportuna como ayuda y, sin embargo, tiende a denostarse el uso de los psicofármacos y yo planteo la siguientes preguntas: ¿cómo se puede ayudar exclusivamente con psicoterapia cuando el doliente ve serpientes en el suelo de la consulta, presenta agitación psicomotriz, se sumerge en una melancolía involutiva o empieza a padecer diversos trastornos psicosomáticos por la reactividad al estrés que hemos estudiado en este curso?¿hemos de dejar que pase el tiempo hasta que la ayuda psicoterapéutica surta efecto mientras el estrés va dinamitando los órganos del paciente somatizador?¿son peores los efectos secundarios de los ansiolíticos que los efectos secundarios del estrés y la ansiedad? En este curso hemos estudiado que los efectos mantenidos del estrés pueden tener repercusiones devastadoras en el plano psicofísico, desde una depresión a un cáncer. Y conocemos el significativo retardo y el paulatino acceso a la psicoterapia en la sanidad pública y sabemos lo que supone en el plano económico la psicoterapia en la sanidad privada.





martes, 13 de diciembre de 2016

El duelo en el anciano

Si bien la persona anciana está mejor capacitada que los jóvenes para afrontar un duelo, debido al bagaje que con la edad se va adquiriendo por la superación de otras múltiples pérdidas de distinta índole, tales como; la pérdida de la capacidad física, de la memoria, de la capacidad para trabajar, de la autonomía, de la libertad, de la intimidad y de pérdidas humanas por el fallecimiento de otros familiares o amigos y si bien en muchos casos, al igual que en otras etapas de la vida, conseguirán la elaboración de un duelo natural, llegando a adaptarse a la pérdida, existen factores específicos en esta etapa de la vida, que pueden entorpecer la elaboración de dicho duelo. En el anciano hay tres características fundamentales que pueden generar dicha dificultad en la adaptación a la pérdida. En primer lugar, se encuentra el concepto de “dependencia”, ya que solemos hablar de matrimonios de muy larga duración, en los que se establece una gran dependencia en el sentido de que, a lo largo de la vida, los matrimonios, se han apoyado y han estado juntos ante multitud de situaciones y vicisitudes que han tenido que ir sorteando, generándose entre ellos, una gran complicidad y dependencia que desaparece para siempre. En segundo lugar, se encuentra el concepto de “soledad”, debido a que, con frecuencia, con la muerte del cónyuge, el anciano doliente, no suele desplazarse a otra casa si su nivel de autonomía en suficiente y, por lo tanto, tiene que enfrentarse a la situación añadida de seguir viviendo en soledad, en la misma casa y en las mismas dependencias donde durante tantos años ha vivido con su pareja ahora fallecida. Por último, se encuentra el concepto de “institucionalización”. En muchos casos el anciano no conserva autonomía para vivir solo en su casa y puede que tampoco sea posible vivir en la de sus hijos por diversas razones, viéndose en la encrucijada de ser ingresado en una residencia de ancianos, situación en la que, por lo general, lo pierde todo; su casa, su familia y su vida. En estas circunstancias, las probabilidades de duelo complicado e incluso de la propia mortalidad, aumentan notablemente. Otra peculiaridad a resaltar, es que el anciano, no solo tiene probabilidades de enfrentarse al duelo por la pérdida del cónyuge sino también al de sus hijos y nietos y al margen de esto, en ocasiones, se ve sometido a duelos dobles porque cuando fallece un nieto, tiene que elaborar el duelo de esa pérdida y afrontar además el sufrimiento de ver a su hijo afrontando el duelo.Concluyendo sobre estas generalidades, debido al aumento de la esperanza de vida hasta los 80 y los 90 años, es frecuente encontrarse con un número elevado de ancianos que atraviesan un duelo por la pérdida de su cónyuge y si bien son personas que se encuentran en una edad muy avanzada de la vida, no se las debe subestimar ni sobreproteger cuando se enfrentan a la elaboración de un duelo.

En la terapia del anciano ante el duelo complicado, vamos a ensalzar el valor de las terapias cognitivo conductuales frente a los psicofármacos  por diversos motivos; en primer lugar por las interacciones que los psicofármacos pueden generar sobre las medicaciones crónicas que el anciano toma para patologías significativas que puede padecer, en segundo lugar, el considerable aumento del riesgo de caídas con las consecuentes y peligrosas fracturas, debido a los típicos efectos secundarios de sedación, confusión y miorrelajación que estos fármacos pueden acarrear y en tercer lugar, por los propios efectos secundarios generales, dado que el anciano es un paciente especialmente sensible debido a que el estado del funcionamiento orgánico está disminuido y se hace obligatorio, el cálculo de la dosis adecuada, en relación sobre todo, al funcionamiento renal y hepático. En lo referido a las terapias cognitivas, si el anciano no responde a las mismas por presentar un deterioro cognitivo, las terapias conductuales se adaptan y son eficaces porque el anciano responde bien bajo el condicionamiento clásico y operante. Entre las técnicas que podremos aplicar para mejorar la situación del anciano con duelo complicado, están las dirigidas al control de ansiedad donde destacan la técnica de respiración diafragmática y la técnica de relajación muscular progresiva, las dirigidas a la reestructuración cognitiva donde se perseguirá que el anciano abandone las creencias irracionales mediante la discusión de las mismas con el terapeuta para que logre identificarlas, examinarlas y abandonarlas. A este respecto, resaltar que la terapia grupal se muestra más efectiva en ancianos por los siguientes motivos; ayuda a reconocer sus propias manifestaciones en los demás, favorece el ataque de las ideas irracionales cuando el anciano escucha de otros, lo mismo, pero desde distintos puntos de vista, ayuda a que se acepten como son, a cambiar comportamientos que sean percibidos como inadecuados por los demás y en definitiva supone un entrenamiento en habilidades sociales.