Podemos aceptar de todo lo
abordado hasta ahora, que el duelo es un proceso adaptativo y no una enfermedad
y que, por ello, inicialmente parece no conviene medicalizar el duelo para
permitir que el propio doliente exprese sus recursos adaptativos. Del mismo
modo, es conveniente reflexionar en que cada duelo será distinto y que es muy
importante hacer una evaluación personal adecuada de cada caso y actuar en
consecuencia según las condiciones de vulnerabilidad de cada doliente, según
los predictores pronósticos de cada caso y según la evolución de la elaboración
del duelo en cada persona. Existe controversia entre el posicionamiento
psicofarmacológico y el psicoterapéutico a la hora de abordar la ayuda al
doliente. Desde el psicoanálisis, se hostiga contra el uso del fármaco, bajo el
argumento de que impide el acceso a los conflictos intrapsiquícos, modifica la
transferencia y genera problemas de dependencia farmacológica. Desde el modelo
biológico se centra el discurso sobre su idoneidad barajando los conceptos de
vulnerabilidad biológica y social, atendiendo a la evidencia de que con ellos
mejoran claramente los síntomas y sobre todo, de que en dosis adecuadas, en el
momento adecuado y administrados durante un periodo adecuado, bloquean
parcialmente los síntomas y somatizaciones, dando a la persona cierto nivel de
confianza para dar impulso tanto a los recursos adaptativos propios como al
resto de alternativas terapéuticas, en particular a la psicoterapia. Es importante también mencionar,
que el propio doliente puede tener ideas irracionales y distorsiones cognitivas,
tanto de lo que supone la ayuda farmacológica como de la psicoterapéutica.
Cuando surge un duelo
complicado, todo indica que la psicoterapia casi siempre es oportuna como ayuda
y, sin embargo, tiende a denostarse el uso de los psicofármacos y yo planteo la
siguientes preguntas: ¿cómo se puede ayudar exclusivamente con psicoterapia
cuando el doliente ve serpientes en el suelo de la consulta, presenta agitación
psicomotriz, se sumerge en una melancolía involutiva o empieza a padecer
diversos trastornos psicosomáticos por la reactividad al estrés que hemos
estudiado en este curso?¿hemos de dejar que pase el tiempo hasta que la ayuda psicoterapéutica
surta efecto mientras el estrés va dinamitando los órganos del paciente
somatizador?¿son peores los efectos secundarios de los ansiolíticos que los
efectos secundarios del estrés y la ansiedad? En este curso hemos estudiado que
los efectos mantenidos del estrés pueden tener repercusiones devastadoras en el
plano psicofísico, desde una depresión a un cáncer. Y conocemos el
significativo retardo y el paulatino acceso a la psicoterapia en la sanidad
pública y sabemos lo que supone en el plano económico la psicoterapia en la
sanidad privada.
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