Dificultad para
identificar emociones, sentimientos y afectos referida tanto a los propios estados internos de la
persona, como a las manifestaciones en otras personas. La persona alexitímica,
no puede diferenciar una emoción de otra.
Dificultad para
describir emociones, sentimientos y afectos, en especial, dificultad para ponerle palabras a sus
emociones y dificultad para describir todo lo relacionado con lo afectivo y lo
subjetivo de los demás.
Dificultad para
diferenciar los sentimientos de las sensaciones corporales que acompañan a la
activación emocional,
atribuyendo erróneamente estas últimas, a síntomas físicos que equiparan a la
emoción, de manera que cuando la emoción es intensa, refieren un malestar que
no saben describir de forma precisa.
Constricción de
procesos simbólicos
que supone una incapacidad para manejarse desde un enfoque simbólico sobre todo
lo referido al plano emocional o afectivo. La persona alexitímica, tiene una
marcada incapacidad para fantasear, su pensamiento es concreto, la comunicación
verbal es monótona y desvinculada de afecto y la comunicación no verbal es
rígida y sin mímica. Este último aspecto infunde en el terapeuta aburrimiento,
en el sentido contratransferencial, lo cual es muy útil como signo diagnóstico.
Preferencia cognitiva
por detalles y acontecimientos externos en los que la persona se pierde de forma innecesaria,
omitiendo por completo todo lo referente al afecto.
Tendencia a la acción
como mecanismo de afrontamiento frente a situaciones conflictivas. Cuando aparece el
conflicto emocional surge de forma mecánica la impulsividad y las conductas
directas, lo cual, hace aparentar una cierta normalidad, tras la que se esconde
un escaso contacto con la realidad psíquica que se experimenta. Esta última
característica, asocia al alexitímico con el patrón de conducta tipo A.
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