lunes, 25 de abril de 2016

Intervención en el envejecimiento

Desde el psicoanálisis se considera que se puede intervenir eficazmente en la vejez, facilitando la estabilización de los procesos psicopatológicos. En este sentido se matiza que es mejor partir de que no hay vejez, sino sujetos envejescentes, en tanto en cuanto, se les considere sujetos únicos capaces de expresar una demanda.

En este tipo de intervenciones, cobra especial relevancia una cuestión complicada como es la de las resistencias, tanto del envejescente frente al terapeuta, bien por la juventud, la envidia y la competencia del terapeuta, como del terapeuta frente al envejescente,  para escuchar las tendencias amorosas y destructivas que pueden suponer un hándicap en el sentido de que sus pacientes podrían ser sus propios padres y exige un atravesamiento por parte del terapeuta de sus propios nudos familiares y edípicos

Se plantean dos líneas de trabajo principales en la psicoterapia de la vejez, por un lado la psicoterapia de la depresión donde el trauma puede producir reacciones depresivas severas y provocar la dinámica del duelo, que ya de por sí, le cuesta llevar al sujeto envejescente. A esto lo llamaremos apuntalamiento del duelo en la vejez y se fundamenta en que el proceso de envejecer, lleva consigo pérdidas significativas en la vida del sujeto, lo que provoca un duelo de características similares a la depresión clínica. Ante esto es conveniente distinguir entre la depresión mayor, la distimia y la neurosis depresiva. Podemos comentar que para la depresión se puede completar la psicoterapia con tratamiento farmacológico y para la neurosis depresiva con terapia grupal.

Por otro lado, planteamos la psicoterapia de reminiscencias y revisión vital en pacientes envejescentes, considerando a la revisión vital como un proceso estructurado de fenómeno de reminiscencia. En el campo de la reminiscencia, la autobiografía  puede resultar especialmente útil, en tanto en cuanto, si la memoria es tan importante en el anciano, la autobiografía debe considerarse también como un método básico en la psicoterapia de la vejez. En este sentido, dentro de la autobiografía, consideraremos factores asociados a buen pronóstico la riqueza y organización de los datos aunque lo contrario, podría sugerir un intelecto bajo, un proceso degenerativo o sencillamente una dificultad en la comunicación por falta de hábito o por recelo.

También es importante, en el enfoque autobiográfico, la selección de los recuerdos: La memoria es siempre selectiva y la selección se hace en función de la personalidad del sujeto y para cada sujeto, significará cosas distintas y mediante la escucha, podremos interpretar los rasgos sesgados del relato del envejescente y saber que esto también nos está hablando de la relación del sujeto con ese Otro. Además la autobiografía puede mejorar la situación del anciano porque si consideramos que los sentimientos de soledad e inutilidad son los dos males principales que le aquejan, el hecho de que alguien, más joven, se interese por su historia, supone una compensación.

Como aspectos específicos en la técnica,  consideraremos establecer metas específicas a corto plazo, asunción de una mayor iniciativa para identificar las áreas de conflicto y los problemas emocionales, por lo general sesiones más cortas y frecuentes, delimitación clara del terapeuta para evitar demandas excesivas y por último ensalzamiento de la terapia grupal, que en los sujetos envejescentes, se ha demostrado que aporta numerosos beneficios.

En las depresiones graves, donde la melancolía de involución ha ocupado un lugar predominante, el origen de la patología, suele desarrollarse ante situaciones de emergencia o traumáticas sobre todo si se pone en juego la pérdida de un progenitor, un cónyuge, la pérdida de los hijos pero también el acontecimiento patógeno puede suponer la súbita toma de conciencia de que se es viejo.

En el suicidio del envejescente, el hecho está caracterizado por la idea de dar término al conflicto intrapsíquico, a toda elaboración, se trate del trabajo de envejecer o del trabajo de duelo.

Y por último, en la depresión, el tratamiento debe ser multidisciplinar y se debe hacer hincapié en el apoyo por parte de la comunidad y de la familia como elemento básico en la recuperación y control de tratamiento. Del mismo modo se perseguirá la disminución de los síntomas depresivos, el riesgo de recaídas y en general una mejora de la calidad de vida.






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