viernes, 18 de marzo de 2016

Los fantasmas en la psicosis y la neurosis


El fantasma desde el punto de vista analítico, es una producción imaginaria que el individuo tiene a su disposición para ciertas ocasiones más o menos frecuentes pero fundamentalmente para sustituir la realidad, para sustituirla por otra diferente o para repararla o adaptarla. Por ejemplo, para exteriorizar en la consciencia deseos reprimidos y llamar a un acto como puede ser una obra de arte. Pero también se pueden pensar las fantasías como representaciones no destinadas a convertirse en actos.

Freud nos dice que el neurótico sustituye una parte de la realidad intolerable por la fantasía, tomando de allí el material para la constitución de su deseo por medio de los mecanismos ya conocidos de conversión, desplazamiento y transformación y en la psicosis, la fantasía también constituye el lugar de donde se recoge el material o el modelo para edificar la nueva realidad. Pero el psicótico reemplaza la realidad exterior; y en cambio, el neurótico se apuntala en un fragmento de la realidad -diverso de aquel contra el cual fue preciso defenderse-, prestándole un significado particular y un sentido secreto. Así, para ambas, neurosis y psicosis, no sólo cuenta el problema de la pérdida de realidad, sino el de un sustituto de realidad.

En los neuróticos, los fantasmas son inconscientes y de gran importancia para la génesis de síntomas diversos, pues equivalen a las formas en que los componentes reprimidos de la libido encuentran su satisfacción. Constituyen también la base de los sueños. En la psicosis palabra y discurso están perturbados, lo que provoca una falla estructural en la constitución del fantasma.

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