Suele ser difícil de aplicar y con peores
resultados que en otros trastornos por ansiedad, se aconseja una pauta mixta
que contemple psicofármacos y psicoterapia. Los psicofármacos ayudan a
controlar los síntomas principales y los comórbidos. Se puede aconsejar
comenzar con dosis bajas de un ISRS como la sertralina, “que tiene una eficacia
probada en este trastorno, especialmente en los síntomas psicológicos por
encima de los somáticos”,
pudiendo pasar a la opción de los antidepresivos tricíclicos como la
clorimipramina, si los anteriores fracasan a mayores dosis y pudiendo continuar
en caso de no obtener buenos resultados con; clonidina, benzodiacepinas, sales
de litio, carbamacepina y naltrexona “ que se ha mostrado eficaz en el
tratamiento de los flashbacks”. En lo
referido al tratamiento psicoterapéutico, se utilizan técnicas de
desensibilización sistemática, entrenamiento en la inoculación de estrés,
terapia cognitivo conductual y terapia ocupacional.
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