martes, 1 de marzo de 2016

Respiración diafragmática



Respiración diafragmática o abdominal
La mayoría de las personas respiran contrayendo y expandiendo el tórax, realizando lo que denominaríamos una respiración torácica. La introducción de la respiración diafragmática tiene muchas ventajas y casi todos nosotros no la realizamos de forma natural, al parecer los niños muy pequeños y las personas que viven en tribus, en “estado salvaje” la efectúan de forma natural. La respiración diafragmática, implicaría entrenar el movimiento del diafragma y  consistiría en inspirar profundamente por la nariz de forma suave, con una duración de unos 3 segundos, aguantarlo durante unos 2 segundos o hasta que se sienta la necesidad de soltarlo y después soltarlo lentamente durante otros 3 segundos. Para su correcta ejecución, con una mano sobre el abdomen, en la inspiración debemos notar como la mano se eleva  ligeramente a la vez que el abdomen se abomba hacia afuera debido al empuje hacia abajo del diafragma y durante la expiración, la mano desciende ligeramente a la vez que el abdomen se abomba hacia adentro por la elevación del diafragma. Esta técnica a medida que se entrena permite realizarla en diversas circunstancias sin tener que estar necesariamente tumbado, sentado, relajado o asociándola a imágenes mentales placenteras, olores o música aunque al principio conviene empezar a entrenarla lo más relajado posible. A este tipo de respiración se le atribuyen muchos beneficios, con ella se ventila más al activar la parte inferior de los pulmones y se aporta a los mismos un gran volumen de oxígeno, mejorando el intercambio de gases, con lo que ello conlleva para la oxigenación de los órganos y lo más interesante, es que el movimiento del diafragma, activa el sistema nervioso parasimpático, provocando un efecto de relajación general.

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